miércoles, 29 de julio de 2009

Stela - Tu danza cefeida









Todo brillo que pronuncias



Tu danza cefeida obedece
al orden de un designio divino
de infancia aquel recelo evanescente,
sordo rubor de ojos celestes.

Rebrotas de júbilo escondida
comisura reflejo te delata y sonríes
de todo caminar jocoso
que imprime sus caricias.



Horas anidadas que dejan su estela
alternan su alquimia,
tesón de lirios prendados,
fecundos jardines hablados.

Sangre plena de azada
sacian respiros de gracia,
manantial de raíces allende,
frondoso corazón que me cubre.

Toda cumbre por ti se reserva
todo ascenso madreselva,
luz de luces de brazos abiertos
atesorando seres bajo tu bóveda.










Jardín temprano


Quiero saber que estas ahí
todo lo cerca que procure
esta unidad que en tus días me susurraste.

Abro los balcones de la noche
todavía sin soñarte
y te me vienes...,
cómplice de ese Dios que conociste.

Dijiste de luz
la rosa de nuestros ensueños
y tu sangre persiste
risueño el firmamento por ti, Stela.


¡Deja el crepúsculo!
Déjame traerte ese jardín temprano
macerado de insomnio
y de verdad con la que amaste.